No estamos tan lejos: Así es la planta de Yamaha en Francia que produce motos para el mercado europeo

Mientras recorríamos la web en busca de información y noticias para compartir con ustedes, dimos con estos videos que muestran durante una buena cantidad de minutos la producción de la planta que Yamaha tiene en Saint-Quentin, Francia, desde donde salen varios modelos para el mercado europeo, y se nos vinieron varios pensamientos a la cabeza.

El primero, medio en serio y medio en chiste, es que, claramente, Yamaha tiene desarrollado el CKD/IKD de la Téneré 700, algo que todavía, al día de hoy, no entendemos cómo no se hizo en Argentina con una moto que reclama todo un pueblo. Bueno, no tanto, pero que hubiera tenido un éxito enorme en nuestro mercado. Está ahí, se vé, se podría haber hecho acá. Vaya uno a saber las limitaciones internas que no permitieron que así sea, porque damos por sentado que la intención de hacerlo tiene que haber existido.

Pero más allá del capricho nuestro de querer tener esa moto en el mercado argentino ya que es muy difícil, desde el rol de comunicador, dejar de lado el fanatismo por las motos y las ganas de que estén todas disponibles en nuestra plaza para poder satisfacer los gustos de todas las clases de motociclistas, también nos pusimos a ver los procesos que se llevan a cabo en la planta en cuestión y nos llevó a compararlo con lo que estamos viendo en nuestro mercado. Y permítannos decirles que no estamos tan lejos.

Está más que claro que esta es una planta, en un país, que produce motos para una gran cantidad de mercados que, en la sumatoria, conforman el mercado más grande del globo terráqueo, sobre todo cuando pensamos en el segmento premium. No olviden que motos como la BMW R1250GS, Kawasaki Z900 y Yamaha MT-07 están entre las más vendidas mes a mes. Pero más allá de las diferencias de escala y de los productos que desde allí salen a los distintos países, lo que se hace en Argentina no es muy diferente a lo que Yamaha hace en esta planta de Francia. Un poco pensando en aquellos que dicen que aquí solo se ajustan tornillos.

Lo primero que se ve en el video es el soldado de cuadros en los que intervienen robots y humanos, algo que vimos hace unas semanas en la planta de Honda. Cuadros que se sueldan íntegramente y que luego pasan a la pintura donde se aplica el polvo por estática y luego pasan por el horno de curado. Nada que no se haga en nuestro país, y que se lleva a cabo en más de una planta. Obviamente los jugadores más nuevos no han llegado a esas instancias, pero si la política industrial del sector se mantiene, con los años todos incorporarán más procesos y de mayor complejidad.

Luego se ve perfectamente como se graban el VIN en cada cuadro y se llega a la instancia de asociarlo con un motor, también con un número, denominada casamiento. Y de allí en adelante se ve como todas las motos van pasando por la línea de montaje donde se van instalando el resto de las piezas hasta que del otro extremo sale el producto terminado. Algunas más modernas, otras menos, todas las líneas de producción de las distintas plantas que hemos visitado en estos años realizan el mismo trabajo.

En otra instancia del video se ve el estampado y soldado de algunas piezas, como silenciadores y tanques de combustible, algo que no hemos visto en la industria de las dos ruedas, al menos desde Motoblog, pero sí en la industria automotriz, en plantas como las de Volkswagen, Ford, Toyota y otros. Está bien que manejan otros volúmenes y exportan una gran parte de la producción a otros países, pero no es un proceso imposible de incorporar en el sector que a nosotros nos importa. Ya son procesos más caros y necesitan volumen, algo que quizás se pueda lograr tercerizando la producción de varias marcas en algún proveedor local, si es que no se está haciendo ya.

También se puede ver la inyección de plástico, algo que aquí hemos visto en muchas plantas de las que hemos visitado últimamente, como La Emilia, Corven y Honda, donde se inyectan plásticos en color y hasta con el acabado metalizado y protección UV. Mucho por desarrollar en este campo, pero se cuenta con inyectoras de última generación que requirieron inversiones más que importantes.

A lo que vamos es a que la industria de la moto en nuestro país tiene un potencial enorme para seguir creciendo, evolucionando, mejorando e incorporando complejidad si se mantiene este curso más allá de la administración que esté a cargo en distintos momentos. Tiene que ser una política de Estado, que marque un rumbo, que apoye el desarrollo del sector y que imponga reglas claras para que las empresas puedan avanzar y tomar decisiones sin tanta incertidumbre.

Todo esto es muy jóven y hay mucha tela para cortar. Ojalá que con el paso de los años el valor que se agregue a las motos producidas en Argentina no solo se incremente en términos porcentuales, esos que impactan en el excel, sino también en complejidad y calidad.

Pero habiendo visto los procesos de una planta tan importante como la que Yamaha tiene en Francia para abastecer el mercado europeo es, de alguna forma, reconfortante saber que no estamos lejos de lo que allí se realiza. Ojalá de la planta de Yamaha en Argentina también salieran Tracer 700, el bicho ese de tres ruedas Nikken y la aclamada T7.

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