En temporada alta de proyectos industriales visitamos la planta de Honda en Campana

Con el invierno vino el frío y los lanzamientos de motos y eventos en dos ruedas sufrieron una baja sensible. Entendible en cierto punto, más con una cita como el Salón de la Moto en el horizonte. Así que ante la temporada baja en lanzamientos y acontecimientos que impliquen andar en moto, surgió la temporada alta de visitar plantas industriales, aquellas donde se cocinan las motos.

Primero fue el turno de La Emilia, semanas después concurrimos, con un frío machazo, a Venado Tuerto para conocer la planta del Grupo Iraola y ayer, en una función privada para nosotros dos, tuvimos la oportunidad de recorrer la planta de Honda Motor de Argentina. Sí, allí donde hasta hace no muchos años se producían autos, y algunas motocicletas y que hoy tiene su enfoque 100% puesto en el mundo de las dos ruedas y con la intención de seguir desarrollando estos productos para mantenerse como líder en el mercado argentino y, además, incrementar el volumen de lo producido para exportación.

Lamentablemente fue una visita medio informal. Bueno, en informal en términos de Honda, que cada vez que uno hace el ingreso siente que está entrando a la NASA, por la cantidad de controles que hay que atravesar hasta llegar a recepción. Y decimos lamentablemente porque nos hubiera encantado compartir con ustedes lo mismo que les mostramos en La Emilia hace unos días, pero a la hora de replicarlo con los japoneses requiere de mucha más anticipación y el pedido de muchos permisos que deben ser aprobados. Así que van a tener que creer en nuestra palabra e imaginarse lo que les contemos.

Entrar a la planta de Honda en Campana es siempre una experiencia diferente. Ya hemos ido en varias oportunidades durante estos años y nunca deja de sorprendernos y ponernos en perspectiva muchas cosas. No es un dato menor que sea una filial de la casa japonesa en nuestro país y que la alta dirigencia de esta filial esté en manos de japoneses que no hablan español. La cultura de la empresa se respira a cada paso que damos. No hay vuelta que darle, uno se da cuenta enseguida que llega a una planta que fue construída específicamente para tal fin -autos, motos, papas, patatas- y que la inversión realizada por la marca implica un número para nada despreciable.

Todo impecable, todo el mundo con uniformes blancos y donde no se perciben jerarquías a simple vista. La cultura japonesa está presente en todos los detalles. Sí, es verdad, el pensamiento colectivo puede inferir que el hecho que desde allí salgan las Wave 110, CB125F, GLH150, CB250 Twister, Tornado, etc nada debe estar a la altura de las plantas desde donde salen las Africa Twin, Gold Wing, X-ADV 750 y CBR1000RR-R, pero cuando se cruza el pabellón de las oficinas y se ingresa en la zona de piso verde brillante, la primera sensación es la de estar entrando en un laboratorio.

Impecable es adjetivo que mejor le cabe a estas instalaciones, algo que se respira desde el mantenimiento de la parquización de los espacios verdes, de la limpieza de las calles hasta la cámara de pintura en polvo, donde a priori uno pensaría que es algo difícil de mantener limpio y que el piso estaría repleto de polvo. Pero no, hasta ahí se le podía pasar la lengua al piso. No es que otras instalaciones que hayamos visto nos hayan dejado la impresión de ser sucias, es que esta es especialmente pulcra. Por donde se la mire el orden y la limpieza se hacen notar. Tal es así que lo primero que hicimos al regresar a Motoblog Studios fue agarrar el escobillón y ponernos a barrer.

Y después viene lo importante, que son todos los procesos involucrados en la producción de motos, sobre todo cuando la mayoría de las veces que mencionamos que tal o cual modelo se produce en nuestro país llega una catarata de comentarios indicando que acá solo se ajustan tornillos y que no se suelda ni un caño. Y en todas estas visitas que hemos tenido en los últimos meses hemos visto que no es así, y que con el correr de los años se han ido incorporando nuevos procesos con mayor grado de complejidad y valor agregado. Ocurre aquí y en otras marcas también.

En nuestra visita a la planta de Honda en Campana pudimos ver, y recordar, que aquí se sueldan los chasis de cuatro modelos de motos: Gaucha, Twister 125, XR150 y Wave. Y no solo se sueldan, sino que luego pasan por un proceso de secado, entran a la línea de pintura con polvo y luego pasan por un horno de curado, hasta llegar a la estación donde se graban los VIN de cada uno y se casan con un motor para entrar en la línea de montaje para salir del otro extremo en forma de producto terminado.

Pero el proceso no termina allí, ya que hay todo un pabellón, de miles de metros cuadrados, con un puente grua de 30 toneladas para llevar las matrices de un lado a otro, donde hay unas cuantas inyectoras de plástico desde donde salen las piezas, en blanco, negro y color, de varias de las motos que la casa japonesa comercializa en nuestro mercado.

Es difícil, y hasta un poco decepcionante, haber visitado semejantes instalaciones y no poder mostrárselo en un material generado por nosotros, pero nos llevamos el compromiso de Honda Motor de Argentina de poder hacerlo si lo organizamos con sus tiempos para que nos permitan filmar y tomar imágenes de todo lo que se puede mostrar, que es mucho. Así que nos quedamos con eso y esperamos poder concretarlo pronto.

De la planta de Honda nos llevamos muchas cosas para pensar, pero sobre todo, y en conjunto con las otras visitas que hicimos, nos llevamos el entusiasmo de saber que los jugadores del sector siguen apostando al futuro y, a pesar de las condiciones adversas, ven un futuro de crecimiento para el mercado y la industria de la moto en nuestro país.

Sí, todos se preocupan y protestan cuando no les aprueban las SIMI para importar, les cambian las reglas para poder girar divisas o ven que su stock de partes e insumos para seguir produciendo está en un nivel crítico, pero cuando se les pregunta cómo se ven en el futuro o hacia dónde van, todos hablan de seguir creciendo. En un escenario complicado e inestable, claro está, pero se ven creciendo, sumando y desarrollando.

El agradecimiento a Viviana Daleoso, Martín Jara y Mariana Codignotto que nos recibieron con un desayuno y su tiempo en las instalaciones de Honda y a quienes nos dieron la recorrida por los distintos procesos productivos de la planta. De nuevo, esperamos poder mostrárselo en poco tiempo.

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