54.000 kilómetros al rescate de la RVM Tekken 300

La semana pasada publicamos nuestro Motoblog Cotidiano con la nueva Tekken 250, y una de las premisas de una de las motos más esperadas por nuestra audiencia, a juzgar por la cantidad de reclamos que recibimos durante mucho tiempo, fue el hecho de que se trata de una de las motos más elegidas por los motoviajeros por varias razones, sobre todo cuando la sábana es corta.

No necesitábamos probar la moto para saber que venía con esos laureles sobre su espalda, pero si era necesario al menos tener un contacto para entender mejor por qué. Uno puede leer fichas técnicas, patentamientos y publicaciones, pero lo empírico es lo que te termina de formar las ideas. En todo este tiempo desde que existimos, hemos escuchado un buen puñado de testimonios de viajeros con sus RVM Tekken.

El año pasado tuvimos el privilegio de viajar a Tucumán para el Salón Moto de Yerba Buena, y casualmente fue allí donde Roberto Vicente Martínez presentó su nueva Tekken 300, con la que tuvimos un brevísimo contacto en la Sociedad Rural de Yerba Buena aquél día en que Argentina le ganó a Australia 2-1 por los cuartos de final de la Copa del Mundo en Qatar en un día que hicieron millones de grados centígrados. Vio, nosotros también tenemos nuestra historia con la Tekken.

La cuestión es que ya sabíamos con bastante antelación a su lanzamiento sobre la existencia de este modelo de RVM, incluyendo la historia de Che Alejandro, el chino que estaba recorriendo la Argentina con ésta moto y metiéndole kilómetros, algo que siempre es útil para el fabricante con sus primeras unidades. Así fue como este ciudadano asiático encaró para Rio Gallegos y de allí para La Quiaca por la mítica Ruta 40. Pero sus planes excedían las fronteras de nuestro país y la Patria Grande en el horizonte.

Che Alejandro quiso salir del país por aquel paso fronterizo, pero su condición de extranjero con un vehículo nacional y menos de tres años de residencia en el país no se lo permitieron. Entendemos que por esto mismo tampoco pudo ir a Ushuaia. Hecha la ley hecha la trampa, el intrépido chino logró su cometido por Puerto Iguazú, por donde pasan dos perros peleando, y desde allí pudo salir a Brasil, Bolivia, Perú y Ecuador, llegando a Colombia como último destino.

Por motivos que RVM todavía desconoce y no logra entender, Che Alejandro tiró bomba de humo y dejó abandonada la moto en la localidad de Pereira. Fin del comunicado.

Ni lerdo ni perezoso, Luciano Tizzano, un argentino que se encontraba por aquel entonces en Bogotá, se ofreció rápidamente a recuperar la moto de Pereira y se tomó un colectivo para ir a su rescate. Esa misma noche la llevó por caminos bastante complicados hasta Bogotá y espero que Roberto Vicente Martínez le enviara una nueva cédula azul a su nombre para que pudiera continuar el viaje con esta Tekken 300 rescatada.

Luciano había quedado atrapado en Bogotá en tiempos de pandemia, luego de dejar su Neuquén natal en 2019. Y allí en Bogotá debió dejar su querida Tekken 250 que lo había llevado hasta allí. Pero no todo iba a ser color de rosas arriba de la nueva Tekken 300, ya que no había sido él quien ingresó la moto a territorio Colombiano, y el hombre de la bomba de humo ya se encontraba viajando a China.

Ya tenemos una idea para entrar en detalles sobre cómo Luciano Tizzano logró salir con la Tekken 300 de Colombia, pero lo cierto es que pudo hacerlo y con ella atravesó Ecuador, Perú, Bolivia, cruzó todo Brasil de oeste a este para luego regresar a la Argentina.

Así fue como 53.418 kilómetros y 17 meses después de que comenzara esta odisea, una de las Tekken 300 originales volvió a la puerta del taller que RVM tiene sobre la calle Fructuoso Rivera, cerca del Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires.

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