Enduro del Verano 2024: La carrera más grande del mundo y la importancia de la primera vez

Los contenidos de Motoblog siempre giraron en torno al mundo del motociclista usuario y no tanto de aquellos que se desempeñan como deportistas arriba de una moto. Nuevos lanzamientos, viajes, novedades, información de mercado, indumentaria, equipamiento, patentamientos, información económica e impositiva, etc. Todo enfocado en acercar toda esa parte del mundo de las dos ruedas a los motociclistas y aquellos que quieren serlo. Así nos metimos en esto, con esa idea en la cabeza.

A medida que uno comienza a hurgar cada vez más profundo dentro de este lindo universo, indudablemente comienza a descubrir lugares, personajes y actividades que eran un tanto desconocidas hasta ese momento. Y en algún momento acá nos dimos cuenta que la tierra, la piedra, la arena, los senderos, las trepadas y el terreno complicado es lo que nos hace parar las orejas y dispuestos a sumarnos a una nueva aventura. En el camino hay un montón de hitos que nos fueron metiendo en el submundo del off-road y que nos fueron metiendo el veneno en el cuerpo.

Así fue como la participación en el GS Trophy, en los viajes de Motoadventure Tours y de Big Trail, los viajes con Luciano y Kevin Benavides y Kirian Mirabet, la Ruta de la Mula y las endureadas con los amigos que nos fuimos haciendo en todo este tiempo nos llevaron a estar cada vez más hasta las manos con esto de andar con las caras llenas de tierra y la sonrisa dibujada.

El Enduro del Verano siempre nos pareció un evento increíble para ir a ver, pero fin de febrero siempre fue una fecha que nos quedó a trasmano para irnos a la Costa Argentina casi una semana para presenciar la carrera más convocante que existe en nuestro país. Y hablamos de convocatoria en general, no solo de participantes. Pero a medida que van cambiando los gustos uno va fijando sus prioridades.

Nosotros ya veníamos con la idea de participar del EDV desde hace un tiempo. Nuestro nivel de manejo en la arena ya nos permitía hacerlo y nuestras ganas más aún. Pero había muchos detalles que lo mostraban como una idea un tanto remota. No es que Motoblog firma un par de cheques y las cosas simplemente suceden, estamos lejos de eso. El año pasado a Max se le metió en la cabeza que quería participar y hay que reconocer que con muy poca anticipación el tipo logró organizarse para participar.

Seguramente para él haya sido frustrante el hecho que apenas después de culminar la primera vuelta de la carrera, la moto lo dejó tirado y con toda la bronca por no haber podido lograr el objetivo de terminar la prueba. Pero con el diario del lunes en la mano podemos afirmar que fue una experiencia más que positiva. Logró organizarse, demostró que no era imposible armar el circo para ir a Gesell a participar de semejante evento, entendió de qué se trataba el evento, hizo el papelerío, conoció los personajes, hizo las prácticas de entrenamiento y experimentó la largada. No terminó como él quería, pero la experiencia se la trajo prácticamente completa. Y eso cuenta mucho.

El stress, los nervios, los miedos, lo desconocido, la dificultad real de la carrera, el nivel de exigencia. Todo eso habían quedado atrás como incógnitas y habían dado paso, potenciadas por la frustración, a un enorme efecto manija por participar en la siguiente edición.

El 2023 había arrancado muy prometedor para nosotros, que siempre tocamos las puertas para proponer ideas y no siempre lográbamos los objetivos. Pero esta vez fue distinto, las puertas se abrieron y ahí estuvieron desde KTM Argentina para ayudarnos con una moto y desde el concesionario KTM Palermo que realmente nos hizo las cosas muy fácil para hacernos de otra moto y, de repente, estábamos equipados con dos EXC-F 350 2023 cero metro.

Y así comenzamos una aventura que pasó por Mendoza, donde pudimos organizar una endureada con nuestro amigo y piloto Diego Noras, que además de llevarnos por unos lugares increíbles nos hizo dar cuenta de que teníamos que mejorar la parte física porque así no podíamos ir ni a la esquina. Luego nuestras motos corrieron dos grandes competencias en manos expertas, participando en el Transmontaña y en el International Six Days of Enduro de San Juan con Noras y Robertino Patti respectivamente.

Finalmente llegó enero y nuestros días en Costa Esmeralda nos permitieron entrenar un poco con la moto, aunque ahora viéndolo en perspectiva, deberíamos habernos enfocado más en el ritmo que exige el Enduro del Verano y no tanto en salir a navegar por los médanos. Hay una realidad, el circuito del EDV durante el verano no solo no está en condiciones para meter ritmo sino que además tiene mucho tráfico de otros vehículos -UTV, SSV y camionetas- que representan un riesgo enorme. Pero podríamos haber metido buenas sesiones en el Coto o en el super prime de Costa Esmeralda. De todo se aprende.

Y acá vuelvo sobre el valor de la experiencia sumada por Max el año pasado. Yo, Mati, fui una bola de nervios desde el momento en que llegamos a la costa con las motos, quizás antes también pero llegando allá y empezando a respirar el ambiente que se iba generando conforme nos acercábamos a las instalaciones del EDV mi estómago se cerraba más y más y los brazos y las piernas se me ponían cada vez más pesados. Él en cambio, con la tranquilidad que da la experiencia vivida, iba relajado como si nada pasara. O al menos estaba kilómetros menos nervioso que yo.

Cada paso, cada trámite que hacíamos y nos ponía más cerca de la carrera, todos los síntomas iban en aumento. En la acreditación, en los entrenamientos y así. No les puedo describir mi sensación cuando estábamos en el embudo con todos los cientos de pilotos preparados para entrar al parque cerrado. Me costaba respirar, no podía poner un pie adelante del otro, mucho menos barranca arriba en la arena.

Y de repente se prendieron los motores y el mundo comenzó a transformarse. Primero entraron de a uno los de la primera fila, los pilotos de la categoría FIM y Profesional Open pre-clasificados. Los Kellet, los Poli, los Chapeliere, los Van Veberen y ese selecto grupo de profesionales que vienen a ganar la carrera. Y después se arma una especie de pre-largada bastante picante por agarrar las mejores ubicaciones para largar. Vos pegate a la izquierda y evitas todos los quilombos hasta la primera curva cerrada fueron las sabias palabras del Gato Barbery mientras estábamos en la charla de prensa con el gran Pedro Varela.

Ya ubicados en la largada, un poco por casualidad y otro poco siguiendo los consejos recibidos, Max y yo quedamos uno al lado del otro. Estamos re adelante me dice, y lo primero que se me vino a la cabeza, ya casi fatigado de tanto nerviosismo, fue nos van a llevar puestos. La largada se sintió como una bocanada de aire fresco para mi pecho apretado por la pechera y la tensión. En ese momento no quedó otra que acelerar y salir para adelante y las buenas sensaciones comenzaron a fluir.

Recién en ese momento, cuando me di cuenta que podíamos largar al ritmo de los demás y meterle rosca y esquivar a los caídos y seguir adelantándonos fue que pude pensar que bueno que está esto. De repente el cansancio que sentía y la fatiga en los músculos dio lugar al disfrute, a poder pensar en como llevar mejor la moto, en cómo agarrar las líneas de la pista y en mantener un buen ritmo para terminar las 4 vueltas que me había -nos habíamos- propuesto como objetivo este año.

Salvo una vez que tuve que parar a acomodar la Insta 360 que se había abierto la jaulita que la contiene y no la quería perder y otra vez que por cambiar la línea en una de las trepadas grandes llegando a la playa donde casi me quedó enterrado con la moto y la saqué a puro pata pata hasta llegar a la cresta, el ritmo en la carrera fue bueno para esta primera vez. Bien en la pista, bien en el prime, las primeras dos vueltas pasaron volando y sin muchos síntomas de cansancio en los brazos, que es lo que más sufre a medida que los whoops van logrando su cometido. La tercera vuelta tuvo un sabor muy dulce, porque al completarla sabía -mos- que el objetivo estaba cumplido, solo quedaba completar la cuarta sin romperse y sin que la moto sufra. Solo había que terminar.

En esa cuarta vuelta, cuando los nervios ya se habían ido por completo y el cansancio real comenzó a bajar, se me vinieron un montón de imágenes a la cabeza que hasta ese momento no las había podido apreciar como se merecen. Verlo a Kevin Benavides a la par en una curva con su moto del Dakar y girar con Luciano en las prácticas. Distraerse con la técnica de los pilotos de punta y ver por donde agarran en algunos sectores para complicarse menos la vida y girar más rápido, un par de veces lo seguí a Javier Pizzolito y esos tramos fueron mucho más sencillos. No solo andan bien en la moto, también toman buenas decisiones. Verlo volar a Agustín Poli ser el primero en sacarnos una vuelta y ponerme contento por él, que además de un pilotazo es un pibe divino. En fin.

La bandera a cuadros finalmente estaba a tiro de vista. La emoción por haber completado el primer EDV. Lo busqué a Max con la vista por todos lados a ver si estaba ahí, sabía que estaba adelante mío porque nunca lo alcancé, pero no tenía idea por donde andaba. Había que desagotar la pista y devolver los transponders. En el camino a los boxes me fui saludando con todo el mundo, la gente aplaudiendo a todos y filmando con los celulares. Mi moto tenía la bocina puesta, nunca se la saqué como una medida de seguridad para andar en los médanos en enero. Empecé a tocar bocina en el embudo que se armó en la salida. Todos comenzaron a acelerar los motores, la gente se copó con los aplausos.

Llegué a boxes y nos dimos un abrazo. Los dos estábamos sanos y las motos enteras. Sin daños que reportar.
La experiencia de la primera vez es clave para poder disfrutar al máximo de un evento de esta categoría en donde durante más de 12 kilómetros la gente no deja de alentar. Esa energía hay que aprender a canalizarla en favor de uno, y para eso hay que estar relajado.

¿Qué sensaciones nos quedan? Las mejores. No vemos la hora de que sea febrero de 2025.

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Agraadecimientos: A

• A Grupo Simpa, KTM Argentina y KTM-CanAm Palermo porque sin ellos no hubiéramos contado con las dos EXC-F 350 espectaculares con las que pudimos participar y también por la carpa gigante, las sillas y las banderas que nos dieron para que estemos bien equipados a la hora de armar nuestro espacio.
• A Toyota Argentina, Kinto Argentina y Toyota Treos por las gestiones para que podamos contar con la Hilux 4×4 Cabina Simple que nos solucionó toda la logística. Alquilen vehículos con Kinto Share, es un servicio de excelencia y sin letra chica, de verdad.
• A Shell Argentina por proveernos de Shell V-Power y V-Power Diesel para todos los vehículos que usamos y las motos.
• A Wakefield Argentina por los cascos de HJC y los lubricantes y productos de Ipone, indispensables para nuestra seguridad y para mantener las motos en impecables condiciones. Las motos corrieron con el aceite recién puesto, como debe ser.
• A Pirelli Argentina y a Intercap que nos engomaron las motos con sus neumáticos Scorpion. También, llegamos a la arena con gomas nuevas.
• A Brooklyn Moto Company por la indumentaria que usamos para la carrera que está buenísima y, pequeño detalle, viene con protecciones para poder usarla en la ciudad si uno quiere. Ojo a ese dato.
• A Honda Argentina que a pesar de que corrimos con KTM nos sumó y habilitó presupuesto para que hagamos algunas acciones con ellos.
• A Experiencia Costa que nos prestó una casa espectacular en Costa Esmeralda para que estemos mega cómodos y seguros durante toda la estadía.
• A Pedro Varela y el equipo de prensa del Enduro del Verano y el SX Champs por dejarnos movernos como si fuéramos los dueños de casa.
• A Josi Zen y Rodrigo Allue por organizar un evento de esta magnitud que hoy es fecha FIM del mundial de carreras en la arena. Un espectáculo todo.
• A todos los pilotos participantes que tuvieron la mejor y se prestaron para entrevistas, fotos y charlas y hasta nos dieron consejos para mejorar.
• A la familia, a los amigos y a todos ustedes que nos bancan en esta locura, nos hacen sentir parte de sus vidas y siempre nos tiran buena energía para seguir adelante. Nos sentimos muy acompañados en todo momento.

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Fotos: Prensa EDV y Nico Mena