Contacto en Italia: Aprilia Tuareg 660 (2024)

Siempre tratamos de sacar el máximo provecho de los viajes que hacemos, en la medida de lo posible y tratando de que no haya conflicto de intereses. Pero los costos son altos, los viajes son largos y los números cada vez más finitos en la economía de hoy, así que en nombre de aprovechar el flete las cosas suelen organizarse con un poco más de excusa y urgencia. En este caso queríamos aprovechar nuestro viaje a Barcelona, para quedarnos un par de días más, ya que se trataba de un evento muy corto, y venirnos con algo más de material generado bajo el brazo.

Así fue como surgió la posibilidad de viajar a Noale, Italia, para conocer las instalaciones de Aprilia y, posiblemente, tener la posibilidad de dar una vueltita en algún modelo de la marca y conocer, además, las instalaciones de Aprilia Racing, la división de la marca que tiene la cabeza puesta principalmente en el equipo de MotoGP, además de colaborar con el desarrollo de algunas tecnologías para los productos de calle.

Esa mañana nos levantamos bien temprano en Barcelona, porque nuestro vuelo a Venecia salía a las 6.30 am, así que teníamos que ir al aeropuerto, devolver el auto que habíamos alquilado para hacer algunas diligencias, cambiar de terminal y subirnos al vuelo de Vueling que nos dejaría suelo italiano. Algunos percances después estábamos en destino, sanos y salvos, pero sin el equipaje de uno de nosotros que era, básicamente, el equipo para andar en moto. Igual íbamos sin mucha expectativa, lo traíamos por las dudas.

Otro autito alquilado y a manejar hasta las instalaciones de Aprilia. El álbum de a poco se va llenando con algunas figuritas. Ahora cada vez que escuchemos o hablemos de la marca de Noale, en nuestra mente vamos a poder recrear el lugar. En la seguridad de la planta nos recibió Salvatore, un siciliano, que enseguida nos hizo sentir como en casa, y ya nos dijo que el lugar a donde mejor se come en toda Italia es Marsala, su pueblo obviamente, adonde algún día tendremos que ir. Pesce e pasta.

Nuestro contacto en Aprilia era Fabio Ghilardenghi, responsable de prensa del Grupo Piaggio, a quien no conocíamos y solamente habíamos intercambiado unos mensajes las horas previas a nuestro arribo para confirmar que todo estaba en orden. Allí en una mesa en la sala de reuniones a la entrada del edificio principal nos sentaron a nosotros dos, que ya habíamos planteado el problema de la pérdida del equipaje, junto al head of marketing, Emanuele Ferraris, y el head of engineering, Piero Soatti.

Entienden la situación ¿no? Los dos pibitos de Motoblog sentados en la misma mesa con el responsable de prensa del Grupo Piaggio, el responsable de marketing y el principal ingeniero de Aprilia, mientras nos explicaban todo el trabajo que hicieron con la moto, desde el desarrollo y desde la estrategia. Esa charla duró más o menos unos 30 minutos, mano a mano, en la que hablamos sobre la historia del modelo, del Dakar, del usuario al que le apuntaban con la moto, de los colores, etc., y obviamente de la parte técnica de la moto, del chasis, del motor, la distribución, el sistema de escape y las diferencias vs. el que tiene la RS660.

Mientras la conversación avanzaba, la puerta de la sala de reunión se abria, y nos iban aprovisionando de casco, pantalones, guantes, campera, protecciones, etc. porque la vueltita en moto no era una cuestión meramente protocolar, sino que el mismísimo Daniele Veghini, el tester de Aprilia que aparece en los videos de lanzamiento de la marca, iba a ser nuestro guía por el día, con Fabio Ghilardenghi atrás nuestro cerrando el pelotón. El día tendría más sorpresas. Así que nos cambiamos y nos dispusimos a andar en moto bajo los 40ºC con los que el verano del Veneto nos estaba esperando. Afuera, cuatro unidades de la Tuareg 660 2024 nos estaban esperando.

Hicimos todo lo más rápido posible, camaritas y otras yerbas, y salimos atrás de Daniele con la cabeza totalmente puesta en disfrutar de la moto porque no había que navegar. Igualmente, el recorrido no podríamos haberlo hecho sin perdernos ni aunque nos hubieran preparado un track para cargar en el GPS. El hombre cuyo trabajo es pilotar prototipos para desarrollar los productos que finalmente llegan a los usuarios conocía esas calles y rutas como la palma de su mano, y se notaba que iba improvisando sobre la marcha, de acuerdo al tráfico y al ritmo que íbamos llevando. Manejaba como uno espera que maneje un tester italiano, no hace falta extenderse más en la descripción.

Nosotros sin intercomunicador, pero mirándonos en cada oportunidad en la que paramos -semáforos, barreras, cruces- como no entendiendo lo que estaba pasando. Sí, ya hemos tenido varios privilegios gracias a Motoblog, pero seguimos pellizcándonos ante este tipo de cosas para entender que son ciertas. De nuevo, el principal tester de Aprilia, el jefe de ingenieros, el responsable de marketing y el capo de prensa del Grupo Piaggio, a disposición de un medio de motos digital de dos pibitos que vinieron de Argentina. Un poco te tiene que conmover.

Pero hay más dijo el payaso. Porque después de un rico almuerzo a la sombra de una parra que tuvimos en Santa Maria della Vittoria estaba organizado un photo shooting. Así que mientras nos bajábamos de las motos para entrar al restaurante, nos presentaron al fotógrafo. Motoblog, les presento a Gigi Soldano, él les va a sacar las fotos esta tarde. ¿Quien es Gigi Soldano? Bueno, pueden tomarse el trabajo de googlearlo un poco quienes no lo conocen, pero en resumidas cuentas es uno de los mejores fotógrafos que la escena del motociclismo tiene en el mundo. Una leyenda del Dakar y del MotoGP, para empezar a hablar. Así que en Motoblog tenemos el privilegio y el placer de darle los créditos en esta nota al enorme Luigi Gigi Soldano.

Así que pranzo finito, nos dignamos a disfrutar de andar en moto y a posar para la lente del fotógrafo que, obviamente conocía el barrio como si fuera su casa y nos llevó a un par de locaciones que ya tenía pensadas para poder sacarnos fotos desde distintos ángulos, tanto en asfalto como fuera del mismo. El resto es historia, así que disfruten de las imágenes.

Terminada la sesión de fotos, nos despedimos del gran Gigi, y Daniele y Fabio nos llevaron de los pelos, hasta la Via Galileo Galilei, donde está la planta de Aprilia, ya para terminar el día. El pobre Max estaba con una fiebre que volaba, pero no pudo resistirse a los encantos del programa que nos habían preparado. Fuimos con una mano atrás y otra adelante, como no queriendo molestar, pero nos recibieron a lo grande y es una experiencia de la que probablemente no nos olvidemos más.

Era hora de irnos al hotel, al día siguiente nos quedaba la última sorpresa, algo que no íbamos a poder documentar más que con nuestros ojos y nuestra memoria. Una visita a las instalaciones de Aprilia Racing de la mano de Francesco Bezze. Pero ese cuento es para otro día.

Así fue un día cualquiera en Aprilia. Un programón.

***

***