Brabus 1300 R: ¿tiene sentido en el mundo de las motos?

Durante años de años nos hemos maravillado con los desarrollos que casas como Brabus, AMG, M Sport, Mansory, RUF, Singer y otras han realizado sobre los vehículos de cuatro ruedas. Las modificaciones realizadas en máquinas de marcas como BMW, Mercedes, Audi, Porsche, Ferrrari y Lamborghini siempre tuvieron una gran componente estética, pero sin dudas el factor más importante venía de la mano de las prestaciones. Menos peso, más potencia, mejoras en el chasis y en la performance de los autos en la pista.

En el mundo de las motos esto no ha sido tan común, y normalmente las modificaciones en tal o cual modelo, estuvieron en manos del usuario. El que tiene la moto de enduro o de motocross busca mejorar rendimiento por el lado de las suspensiones y el motor, quienes hacen uso extremo de las motos adventure trail suelen buscar más performance, mejorar la postura, autonomía, bajar peso y lograr una ciclística más apta y, para no extendernos tanto en los ejemplos, los fanáticos de las motos de pista quieren una máquina más potente, más ligera, y mejorar la frenada y el paso en curva.

Cada cual con su manual y a su gusto. No es normal, salvo por las ediciones especiales de las mismas marcas, que algún preparador saque una edición especial de una moto con mejoras para atender al público en general. No digo que no haya pasado, pero es algo muy infrecuente. Y de repente, aparece Brabus, de la mano de KTM con esta 1300 R. Claramente como producto fue un éxito, ya que las 154 unidades disponibles, 77 de cada color, se agotaron en cuestión de minutos el pasado lunes, a través de la web oficial de la marca austríaca. Nada para discutir desde lo comercial.

Pero a diferencia de lo que sí ha hecho Brabus en el mundo de las cuatro ruedas, llevando vehículos de Mercedes a otro nivel de lujo y prestaciones, en el caso de la 1300 R lo que se ofrece se limita estrictamente a lo estético. Sí, es verdad, seguramente se trate de una versión mucho más elegante, sobria y elegante respecto de lo que KTM ofrece con su 1290 Super Duke R Evo, pero por el lado de la performance, la diferencia es inexistente. Es verdad que la moto más radical y picante de todo el line-up de la casa de Mattighofen deja muy poca tela por cortar, pero Brabus no pudo, o no quiso, ir un poquito más allá.

La Brabus 1300 R tiene la misma mecánica con igual rendimiento y, exactamente, las mismas especificaciones técnicas que la hyper naked austríaca, presentada en una versión más elegante. Más para usar vestido con un esmoquin, zapatos de charol, gomina y un casco a tono para presentarse en un casino en Mónaco que el mono de cuero, botas y casco supercorsa que exige la 1290 Super Duke R Evo. Y vestirse elegante cuesta, prácticamente, el doble que andar deportivo.

¿Qué ofrece la moto a cambio? Además de estar limitada a una doble edición de 77 unidades para todo el mundo, pudiendo elegir entre dos colores, una importante lista de accesorios: llantas livianas Monoblock Z de 9 rayos Brabus, silenciador de escape de doble salida Brabus, asiento calefaccionado, ductos de aire de fibra de carbono, óptica delantera Brabus, cristos CNC Brabus, manetas CNC Brabus, pedaleras CNC Brabus, cubre carter de carbono Brabus, y cobertor del asiento del acompañante en fibra de carbono también de Brabus.

Básicamente todo esto surgió a partir de la entrada a nuestro nuevo Motoblog Market, si no lo conocen pueden ir a verlo en Instagram, de una Royal Enfield Interceptor con el kit Big Bore 865 de S&S y el set de suspensiones Öhlins. La moto vale el doble o más que la versión 650 stock que todos conocen, pero de alguna forma es el doble de moto. Tiene un 50% más de potencia, prácticamente el doble de torque, las suspensiones la llevan a otra liga, tiene neumáticos de otro nivel. En pocas palabras, la moto acelera más, frena más, dobla más y hace todo mejor con mucho menos esfuerzo.

Pero en el caso de la Brabus 1300 R, estamos ante una moto que debería hacer exáctamente lo mismo. Todos estamos de acuerdo que con 180 caballos de potencia, 140 Nm de torque, esa ciclística y, probablemente, la electrónica más completa y refinada que el dinero pueda comprar, la moto es capaz de hacer mucho más que lo que la mayoría de sus usuarios puedan administrar, sea la KTM o la Brabus. Solo nos hizo pensar si tiene sentido pagar el doble por lo mismo, más allá de tratarse de una edición especial y de los 40.000 Euros que hay que desembolsar, en origen, si se logra subir a una.

Pensaríamos lo mismo si se tratara de una Duke 125 o 390, aunque allí seguramente hay mucho más valor para agregar, mejorando muchos componentes, que en una moto de punta como es la 1290 Super Duke R Evo donde aparte de lo estético, lo único que se puso arriba fue una etiqueta del doble de precio.

Ahora, desde lo comercial y el márketing generado a partir de esta acción no hay nada para reprochar, las motos se agotaron en menos tiempo del que lleva leer este texto. Evidentemente, para muchos, tiene mucho sentido, y al igual que ha ocurrido con otros productos de la industria de las dos y cuatro ruedas, algunos harán un buen negocio con su moto.

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