The Distinguished Gentleman’s Ride: Buenos Aires en el Top 5 del mundo

Ayer domingo tenía que levantarme bien temprano, seis y media para ser más exacto. La experiencia para mi arrancaba bien al alba, puesto que tenía que ir a buscar la moto a Beccar. Así que puse la alarma en el teléfono, dejé toda la ropa preparada y me acosté bastante temprano.

Hasta ahí todo en orden y bastante organizado, salvo por un pequeño detalle. En el celular tengo seteado que las alarmas suenen de lunes a sábado, pero los domingos dejo que el vaso de sueño se llene bien y despertarme por las mías. Así que no sonó.

Así que cuando abrí los ojos, pensé que una vez más le había ganado al despertador, pero el brillo que entraba por alguna rendija en la persiana me hizo pensar que no era tan temprano. Correcto! Dijo Susana Gimenez. Eran las 7.45, y antes de las 8.30 debía estar cambiado y arriba de la moto para sumarme a la caravana de la edición 2017 de The Distinguished Gentleman’s Ride.

Mi idea de arrancar la jornada estaba más en sintonía con este video, pero tuve que cambiar de planes. Por una cuestión de tiempos.

Así nomás salté de la cama, agarré todo lo que tenía preparado para cambiarme y no se cómo, pero entre el ascensor y el auto fui ensillandome. A las 8.20 de la mañana mientras terminaba de atarme los cordones de los borcegos, se abrió la puerta del domicilio donde debía retirar mi monta para este domingo glorioso, con temperatura ideal y sin una nube. Una Triumph Bonneville New Bobber, sin patentar -bah, sin la patente, pero con el permiso para circular-.

Como era una mañana de contratiempos, y a todo esto yo estaba sin desayunar, en el tanque de nafta de la Bobber había apenas olor. A todo esto, mis planes de encontrarme con un grupo ya eran parte del pasado. Por suerte a las pocas cuadras había una estación de servicio, donde mientras le llenaba el tanque a la moto me crucé con otro rider arriba de una Scrambler Icon.

Obviamente hablamos de las motos y cuando me iba me invitó a unirme con su grupo, que se juntaba en una cadena muy conocida de café sobre la Av. Libertador, en Martinez. Acepté la oferta, primero por la buena onda de este absoluto desconocido y después porque necesitaba imperiosamente tomar un café del tamaño de un balde y comer algo.

Y así se fue agrandando la tropa. Llegué solo al surtidor, de ahí partimos dos, y en el café ya éramos unos veinte. Después de haber llenado el tanque de la Triumph y haber hecho lo propio con mi estómago, partimos con destino a la próxima parada, ya sí para sumarnos a la caravana principal. Pasaban las cuadras y las motos se iban sumando, así que para cuando llegamos al edificio de la Comisión Nacional de Energía Atómica ya se había formado un grupo más que importante.

Unos minutos después comenzó a escucharse un rumor a lo lejos que cada vez era más fuerte. Unos instantes más tarde me encontraba en el medio de un desfile de no-tengo-idea-cuantas-motos-pero-era-interminable rodando por la Av. Lugones, rumbo a la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Copando las escalinatas de este edificio emblemático de la Ciudad de Buenos Aires, al momento de sacar una foto de todo el grupo de riders que estaban formando parte del evento de motos más importante del mundo, el Oso Marsán, quién lidera la organización en Buenos Aires, informó que esta ciudad se había convertido en la quinta ciudad del mundo en importancia.

La primera edición de la DGR en Buenos Aires fue en 2014, y concurrieron aproximadamente 200 motos. The Distinguished Gentleman’s Ride se lleva a cabo en 720 ciudades alrededor del mundo, con el objetivo de generar conciencia sobre el cáncer de próstata y reunir fondos para la Movember Foundation, que investiga sobre esta enfermedad. En esta edición también se sumó otra causa, los suicidios por depresión.

Fui solo, con mi celular, el mismo que me traicionó unas horas antes con la letra chica en la alarma que no suena los domingos. Espero que les gusten las fotos.

M.A.

P.D.: Vamos a ir actualizando con fotos y videos que nos lleguen desde la organización, que desplegó una cobertura más que interesante.

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Nuestra monta: Triumph Bonneville New Bobber. Una moto ideal para la ocasión. Ya haremos nota sobre esta muy interesante moto.

Impresionante toda la información que tiene el instrumental. Aunque parezca que no tiene nada.

Y ni hablar del torque que tiene este 1200 bicilíndrico con el cigüeñal a 270˚. Entrega 106 Nm a 4.000 rpm. Es como un tractor, pero con una suavidad impecable.

En fin. Sin comentarios.

La foto no le hace justicia a la cantidad de motos que surcaron las calles de Buenos Aires.

Realmente el desfile de motos de todas las épocas era interminable.

Quizás acá se pueda apreciar un poco más de qué estamos hablando

Honda Valkyrie Rune del 2004. Seis cilindros boxer de 1832 cc y 167 Nm de Torque.

Una eléctrica con patente uruguaya se metió en el entrevero. Veems Urban.

 

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ACTUALIZACIÓN: DGR CÓRDOBA (Gracias MG)