Así es, preparate un café calentito, hacete unas tostadas y sentate a disfrutar de como le devuelven todo su esplendor a esta Vespa, totalmente destruida, de 1962. Es una gran forma de arrancar el día y pensar que todo se puede arreglar. Una bocanada de tranquilidad y optimismo. No todo está perdido. Que tengan un buen día.
PD: Si no les gusta madrugar, lo pueden acompañar con un whisky esta noche
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4 respuestas
Este muchacho no conoce las arandelas planas?
jajaajaja
Tengo exactamente el mismo modelo, en el mismo azul de antes de que la restaure.
Es muy divertida de usar, te sentís un nabo importante.