China, India, las eléctricas y las aventureras: los dueños del mercado en los tiempos que vienen

Es llamativo cómo cambió el paradigma en el mundo de las dos ruedas en cuestión de un puñado de años. Cuando comenzó Motoblog estábamos en pleno auge de las naked, y todos los fabricantes se peleaban por tener una moto con la cual competir, sobre todo en la baja y media cilindrada y las eléctricas eran algo del futuro, algo que íbamos a ver en unos cuantos años.

Aquella frase que dice que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos es bastante más real de lo que todos pensamos, porque en un abrir y cerrar de ojos, lo que se veía en un horizonte lejano, hoy ya lo tenemos encima nuestro y son parte de la realidad actual.

Más allá del estilo de moto o la energía que las impulse, hay una constante pareciera que solo va a seguir consolidándose, y tiene que ver con el origen de las motos. Salvo un puñado de marcas que se mantienen fieles a sus históricas fábricas, al menos en los productos de media y alta cilindrada, hoy el grueso de los productos se fabrica en India o en China, y así parece que se va a mantener por muchos, muchos años.

Y el principal cambio nos parece que no tiene que ver con la cantidad y los volúmenes de producción, que son enormes, sino con el salto de calidad que la industria de ambos países ha dado en los últimos años. Y eso en gran parte se debe a que los históricos fabricantes Europeos y Japoneses de marcas premium han delegado la producción de sus modelos de entrada de gama, o desarrollos de algunos motores y componentes en la industria de China e India.

Así es como hoy tenemos marcas como Royal Enfield, Bajaj, Zontes, Benelli, CFMoto y Voge que están desarrollando y fabricando motos con el objetivo de crecer dentro de la Unión Europea y otros mercados importantes del globo y que, sus costos y a la escala en la que producen, también se hacen fuertes en los mercados de los países emergentes.

Por el lado de las eléctricas, ya no es algo del futuro. Son parte del presente y es un segmento que crece a pasos agigantados y parece haber encontrado una solución a su principal debilidad para aplicar en el corto plazo: las baterías intercambiables, que no mejorarán la autonomía pero si disminuirán los tiempos de carga a la mínima expresión. Por el momento el enfoque de las eléctricas es netamente movilidad urbana, sobre todo con las exigencias de las grandes ciudades en tener zonas de ultra bajas emisiones.

También de China e India surgen marcas como Niu -Nuuv en nuestro país-, Super Soco, Ola, Segway, Horwin entre otras, en su mayoría fabricantes de scooters eléctricos y, en algunos casos, motocicletas eléctricas equivalente a una 125 cc., como es el caso de las nuevas Vmoto Stash y Niu RQi Sport. También hay de las eléctricas premium, como la LiveWire One, las californianas Zero, Damon y Enérgica por citar algunos de los ejemplos más calientes.

Pero el futuro de las eléctricas no parecía tener un futuro tan brillante como el que comenzó a avistarse en los últimos 18 meses, cuando la gran mayoría de los fabricantes parecieron ponerse de acuerdo en que el gran problema de este tipo de productos era su tiempo de carga, y que para mejorar la aceptación de los usuarios era necesario mejorar ese aspecto de la experiencia. Entre 2020 y 2021 el mercado de las eléctricas comenzó a migrar hacia las baterías intercambiables, algo que todavía no está disponible en todos lados, pero que no tardará en expandirse a nivel global.

De esa forma, tener la batería de la moto cargada será tan fácil como acercarse a un banco de baterías, dejar la que está en uso a cargar e irse con una totalmente cargada. Algo que puede demorar bastante menos de lo que se necesita para llenar el tanque de nafta de la moto. De esta forma, al menos en las ciudades, la autonomía ya no será un problema.

El mercado de las motos no solo estará dominado por las eléctricas, la reciente edición de EICMA, y lo sucedido con algunas marcas en los últimos tiempos ponen de manifiesto que el mundo de las dos ruedas está atravesando algo similar a lo que pasó con los autos en los últimos 20 años con la llegada de los SUV desde prácticamente todas las marcas. En el caso de las motos, hoy todos quieren morder un poco de la torta del mundo adventure, en todos los segmentos. Ni los scooters se salvan.

Hace unos años Honda desembarcó con el X-Adv, y hoy son varios los fabricantes que ofrecen aventuras arriba de un scooter. Una marca como Harley-Davidson, quizás la menos pensada del mundo, destinó todos sus recursos para desarrollar una moto como la Pan America 1250. Ducati presentará una moto con rueda delantera de 21″ el próximo viernes con la llegada de la Desert X. Y si había algo que faltaba para lograr cartón lleno, era el desembarco de las Lucky Explorer de la mano de MV Agusta.

El futuro de las motos presenta a India y China como el oligopolio de la producción de motos. No solo con sus marcas propias, sino con una enorme cantidad de marcas japonesas y europeas delegando la fabricación de una parte importante de sus motos en estos países, con plantas propias o mediante acuerdos estratégicos con los jugadores más importantes de esos dos gigantes asiáticos.

El futuro de las motos es también eléctrico, y al mismo tiempo es parte de un presente en el que las podemos palpar y ser testigos de su evolución de la misma forma en que lo fuimos en menos de 15 años desde la aparición de los smartphone. Los vehículos eléctricos de dos ruedas son un paño en blanco, y de aquí en adelante solo pueden mejorar.

El futuro de las motos pone a las experiencias y la versatilidad por encima de todo el resto. Siempre dijimos que no existe la moto que haga todo, la moto perfecta capaz de cumplir con todas nuestras necesidades, pero al igual que los SUV en el mundo de los autos, las motos tipo adventure apuntan a brindar esa cuota extra de versatilidad, y aunque así no lo fuera, también hay un factor aspiracional que los fabricantes no van a dejar de aprovechar.

Más allá de estas tendencias, el futuro de las motos pinta muy movido. Y eso es muy bueno.