Calidez italiana: Estuvimos en el Museo y Posada Benelli y recorremos tu próximo destino turístico

San Rafael, Mendoza, es un destino que se ganó nuestro corazón desde hace mucho tiempo, y además es un lugar al que sabemos que estamos por volver en cualquier momento. Si no es el Benelli Week, un clásico de todos los años, es el Adventure Rally Raid o mismo una escapada como nos hicimos hace unas semanas con nuestros nuevos juguetes de motocross. Es lejos, sí, pero también es real que es una ruta muy fácil para llegar desde varios puntos del país. Sea por la 146, por la 143 o la 188, San Rafael está fácil para llegarle desde el norte, desde el sur y desde el centro.

Saliendo de Buenos Aires la cosa está bastante fácil hasta Junín, con casi todo autopista, y después es una recta interminable de la ruta 188 atravesando el resto de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, San Luis y el sur de Mendoza. Sin hacer ninguna locura, pero metiendole ritmo -parar solo a cargar nafta- en 8 horas y moneditas estás en el valle del Atuel tomándote un vinito y llegaste con un tanque y medio.

Fiel al estilo de Motoblog, si bien lo hemos disfrutado mucho, siempre anduvimos a las apuradas en nuestras visitas. Siempre filmando, siempre cargando las baterías de las cámaras, siempre probando alguna moto y yendo de acá para allá y mirando el paisaje a través del lente de una cámara o con el ojo puesto en lo que estamos generando. Pero esta vez fue distinto, salimos con tiempo, con un objetivo claro, pero nos tomamos un día y medio para poder disfrutar del lugar y hacer las cosas al ritmo de San Rafael y sus alrededores.

Por eso cuando pusimos proa al oeste, sabíamos que nuestro destino no podía ser otro que el Museo y Posada Benelli, y que Anuar Sat Frascaroli, el alma y la cabeza detrás de todo esto, iba a estar para recibirnos como hace con todos los que lo visitan en ese pequeño gran enclave de Italia que ha erigido a partir de una vieja bodega abandonada. Con mucha paciencia y con mucho esfuerzo, pero con una idea clara de lo que quería y mucha creatividad para llevarla a cabo.

Ya hemos ido varias veces, como contábamos antes, pero esta es la primera vez que sentimos que realmente vivimos la experiencia completa del Museo y Posada Benelli. La experiencia de llegar a la tardecita, después de un viaje largo -podríamos haber salido más temprano- y que te estén esperando con un asado de bienvenida junto a otros visitantes, también amantes de las motos, y que de repente todos estemos conversando y disfrutando como si nos conociéramos de toda la vida.

El placer de tirarse en el famoso sillón de masajes para aflojar toda la tensión que traíamos de mucho tiempo de organizar la semana que teníamos por delante. La calidez de un desayuno más que generoso y con esa magia de lo casero en absoluta tranquilidad. Y la recarga de energía que siempre ofrece dormir en una buena cama en el más absoluto silencio.

Un lugar que cada vez que vamos tiene alguna novedad o una mejora que se le hizo y con tarifas más que razonables.

De todo lo demás nos parece que lo mejor es que lo vean con sus propios ojos y que escuchen de parte de su creador, anfitrión y protagonista de la historia de este lugar.

De lo que sí pueden estar seguros, es de que la próxima vez que encaren para aquellos pagos, o cuando no sepan bien qué destino elegir, este lugar les va a proponer una experiencia diferente. Lleguen en moto, en auto o en avión -con el aeropuerto a 5 minutos-.

Si están planeando sus próximas vacaciones les dejamos el link para hacer sus reservas acá.

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