La velocidad y frecuencia con la que se renuevan los productos lleva un ritmo arrollador. No terminas de volearle la pata al asiento de la que tenés que ya están desarrollando una nueva versión. Y sí, la tecnología y las redes sociales hacen que, encima, te enteres mucho más rápido de todo. Seguramente parte de lo que extrañamos y añoramos de los dorados años 80 y 90 tenga que ver con las sopresas que nos pegábamos cuando recién sabíamos de la llegada de un nuevo modelo con la moto en el concesionario y la podíamos tocar. Hoy todo es distinto y es difícil que no haya un modelo que no conozcamos desde que es una mula en fase de pruebas.
Y en ese aspecto KTM es una de las marcas que constantemente está presentando novedades. Es verdad, tiene uno de los line-up más completos de toda la industria, con motos que van desde los 125 cc hasta más de 1300 cc. Lo llamativo es que hace apenas pocas semanas KTM cumplió 10 años en Argentina y lo festejó presentando la producción local de la 1290 Super Adventure R, una moto que llegó muy rápido al país y que se presentó a nivel global a principio de año. La evolución es imparable, y los naranjas están constantemente buscando ese tornillito que mejore la versión anterior.
No hay dudas, las fotos que se ven aquí son las de una KTM 1290 Super Adventure R camuflada, aunque desde las imágenes no se puede identificar ningún cambio desde lo técnico. Sí, en cambio, se pueden notar cambios estéticos importantes que responden a la nueva identidad de marca que la casa austríaca viene preparando y que ya se vieron en la 1290 Super Duke hace no mucho tiempo, dejando de lado las ópticas partidas en dos a las que nos hemos acostumbrado durante los últimos años presentes en prácticamente todos los modelos de la marca.
Ahora la estética es otra, si bien las DRL perimetrales mantienen de alguna manera esa forma insectoide, las luces principales parecen haber migrado a dos importantes proyectores. Será interesante de ver cómo modifica KTM la función de las luces en curva, algo que la moto no debería perder como parte del equipamiento de serie al que ya nos tiene acostumbrados desde 2016 en esta familia de producto. Otra cosa interesante es que pareciera que su buque insignia, finalmente, incorporará los sensores de radar, algo que hasta ahora estaba disponible sólo en la versión S.
Tampoco hay que quedarse con este diseño como final, ya que muchas cosas están modificadas o cubiertas para esconder el diseño final, pero sería raro que en una moto tan adventure como ésta, todo el conjunto de luces esté tan expuesto a los elementos sin la protección de una cubierta de acrílico o algún otro material. ¿Será parte de la estrategia powerparts?
Y un detalle no menor, que todavía no queda muy claro, es si la próxima generación de Super Adventure también llegará como 1390, según se filtró la información respecto de la Super Duke dejando en claro que habrá un incremento en cilindrada. Entendemos que es para cumplimentar con las exigencias medioambientales de la evolución de la Euro5 -5.2 para ser más precisos-, al tiempo que la moto mantiene sus prestaciones, o incluso mejora los actuales 138 Nm de torque y 160 caballos de potencia.
Lo que queda bien en claro es que no se puede descansar ni un segundo que las novedades no paran de llegar.
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