Seguramente nos pase a todos eso de que cada vez que se acerca el lanzamiento de un nuevo modelo hay motos que despiertan mucho nuestro interés, otras que lo hacen en menor medida y también aquellas que no nos generan nada. No nos genera ganas de saber mucho más de qué se trata, no nos volvemos locos por ir al lanzamiento y, tampoco, nos genera una gran expectativa cuando llega la hora de hacer el test ride. No nos inspira, no nos salen las palabras, hay algo que no fluye. Por suerte el veredicto siempre lo termina dando la moto cuando uno la prueba.

Algo así fue lo que me pasó con el Voge SR3 que, pobre, no tiene la culpa de la impresión que causó en mí. La primera vez que lo vi fue en EICMA el año pasado, cuando la gran estrella de Voge en Milán era la 800 Rally que llegará a nuestro mercado en unos días. Había un sector del stand de la marca donde estaban ordenados unos 5 o 6 scooters de distinta cilindrada. Obviamente el SR4 Max que ya teníamos para ese entonces en nuestro mercado estaba presente, luego había un SR1 seguramente pensado para el mercado europeo, no podía faltar la variante adventure que estaba presente en prácticamente todas las marcas del Salón. Y así le pasamos por al lado al SR3 sin reparar mucho en saber de qué se trataba.

La primera vez que me hizo levantar la ceja este scooter de Voge fue en ocasión de su lanzamiento, en un hotel de la Av. Callao, en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, cuando la marca invitó a la prensa a conocer esta novedad. Y ahí fue que nos pusimos a charlar con Mariano Vázquez, jefe de producto de Voge, y Mateo Salvatto, el emprendedor influencer elegido por la marca para mostrar por primera vez esta novedad y, también, para llegar a través de él a nuevos potenciales usuarios, incluso haciendo que Mateo se meta en el mundo de las dos ruedas a través del SR3 y enseñándole a andar en moto hasta obtener su licencia. En pocas palabras, generando nuevos motociclistas, algo que siempre es bienvenido.

Y fue en ese preciso instante…no, mentira. Pero fue en esa presentación cuando empecé a prestarle mayor atención al producto, y al mismo tiempo sentí cierto interés por tenerlo en mi casa una semana para probarlo. También es real que a principio de este año entendí que necesito un scooter para mi movilidad diaria en la ciudad, y no una moto, y desde entonces empecé a hacer las pruebas de scooters con otros ojos.

Por un lado la idea de siempre de compartir nuestras impresiones con ustedes, por otro lado la evaluación constante desde lo personal por encontrar el producto que mejor se amolde a mis necesidades, gusto, presupuesto, etc. Y como es muy difícil decidirse por uno entre todas las alternativas, pensé en armar una terna, para luego sí tomar una decisión. Hasta el momento el único scooter que integraba la terna, a la espera de otros dos contendientes, era el SYM Joyride 300, por un montón de motivos que explicaré más adelante cuando me decida finalmente por uno. Y así fue como fui a buscar el SR3 de Voge.

A priori este modelo de Voge, impulsado por un motor de 244 cc., no dice demasiado. Tiene un diseño bastante sobrio, no hay nada que llame mucho la atención ni pareciera tratarse de un producto que pretende ser más de lo que es, que de esos hay muchos dando vueltas. Siempre me pareció un scooter bastante honesto desde ese lado. Y de a poco se fueron llenando los casilleros que tenían que llenarse para que el SR3 entrara en consideración.

La primera para muchos puede ser una boludez, pero para mí reviste una importancia enorme, y es el tema de la llave presencial. A ver, los motivos principales por los que entré en la senda de decidirme por un scooter son practicidad, comodidad y agilidad. No los tenía pensados hasta hace 5 segundos, pero básicamente son esos. Yo quiero salir de mi casa casco en mano, meterme en el ascensor mientras me pongo el casco y los guantes, subirme al scooter, apretar el control remoto del portón que ya lo tengo en un bolsillo de la campera y salir andando. Es más, reformulo, quiero bajar en el ascensor sin nada y llegar al scooter en la cochera, abrir el asiento, sacar el casco y los guantes, abrir el portón y salir andando. Casco de scooter obviamente, un HJC F31 o algo así. Bueno, el SR3 ya tenía mi atención.

Apertura remota del asiento, apertura remota del tanque de combustible, unas guanteritas muy simpáticas con cierre magnético -irrompible-, puerto USB, parabrisas regulable. Todo muy lindo. Lindo como el día que fui a buscarlo, con un sol divino, pero con un viento sur y un frío de novela esa mañana, y la sorpresa del calienta puños se gritó más que el gol del Pipita Higuaín a Alemania en la final de Brasil 2014. Sí, lo anularon, pero vos y yo sabemos cómo se gritó ese gol. Lo bueno es que acá el calienta puños seguía andando y nadie me sacó la ilusión de pasearme por Buenos Aires con ese confort.

Siguiente punto a favor, la comodidad y la posición de manejo. Antes de subirme ya medio que lo había cancelado por tamaño, pero la realidad es que el SR3 es mucho más grande de lo que aparenta y la comodidad en el uso y el espacio para mis piernas enseguida matchearon y el período de adaptación fue bastante corto. La realidad es que el escalón en el medio del asiento en este tipo de motos siempre me juega un poco en contra y me hace ir más adelante de lo que realmente quiero. Este no fue el caso, estuvo bastante bien.

Como verán no pido muchas cosas en un scooter, pero practicidad, comodidad y agilidad no se negocian. Y cuando llegó el momento de salir a andar me encontré con un vehículo que tiene prestaciones más que suficientes para moverme por la ciudad -todo el tiempo- y eventuales salidas por autopista en un radio de 30-40 kilómetros como mucho. El motor entrega 26 caballos de potencia y 23 Nm de torque, a través de una transmisión por variador continuo, y con esto hay suficiente punch para salir rápido de partida detenida y para llegar a velocidades más que aceptables en autopista, con una máxima que ronda los 130 km/h. Quizás un pelín más.

Se las hago corta, el SR3 pasó de no interesarme ni un poquito, a ser el segundo scooter que entra en la terna definitiva. El tercero podría haber sido el Zontes 368G, que me encantó, pero es demasiada cosa para lo que necesito. Por ahora la tercera plaza está vacante, y por suerte quedan opciones para seguir probando y yo no tengo tanto apuro.

Este es el test ride del Voge SR3 acá en Motoblog, y para verlo en detalle los invitamos a que vayan a ver el video.

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FICHA TÉCNICA

Modelo: Voge SR4 Max
Precio:  ARS 8.400.000
Garantía:  2 años o 24 mil kilómetros
Comercializa: Gilera Motor Argentina (www.vogeargentina.com.ar)

MOTOR
Tipo:  monocilíndrico, 4 tiempos, SOHC, inyección electrónica, refrigerado por líquido.
Cilindrada: 244,3 cc
Potencia:  25,5 hp a 8.000 rpm
Torque: 23 Nm a 5.500 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: automática tipo CVT

CHASIS
Suspensión delantera: Horquilla hidráulica
Suspensión trasera: Doble amortiguador lateral con precarga regulable
Frenos delanteros: Disco de freno de 260 mm con pinza de 2 pistones.
Frenos traseros: Disco de freno de 240 mm con pinza de dos pistones
ABS: Sí
Control de tracción: Sí, desconectable
Neumáticos: 120/70/14 adelante y 140/60/13 atrás.

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 130 km/h
Consumo promedio: 3,1 lts/100kms

DIMENSIONES
Largo x ancho x alto: 2100 mm x 795 x 1392
Distancia entre ejes: 1.525 mm
Altura de asiento: 770 mm
Peso en seco: 165 kg
Tanque de combustible: 14 litros

2 respuestas

  1. Buenos días. Paso para un off-topic: ¿Cómo es eso de que “la 800 Rally que llegará a nuestro mercado en unos días”? ¿Se juega y tira algún dato mas de fechas? Justo ayer estaba charlando con un agenciero sobre esa moto y hoy ud tira esa frase…..

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